martes, 9 de junio de 2009

GARCILASO DE LA VEGA (1503-1536)

Garcilaso de la Vega nació en Toledo. Fue un poeta y militar español del Siglo de Oro, considerado uno de los escritores en español más grandes de la historia.
Garcilaso se sumó rápidamente a la propuesta de su amigo Juan Boscán de adaptar el endecasílabo italiano a la métrica castellana, tarea que llevó a cabo con mejores resultados, puesto que adoptó un castellano más apto para la acentuación italiana y la expresión de los nuevos contenidos poéticos, de tono neoplatónico, propios de la poética italiana renacentista.
Muchas de sus composiciones reflejan la pasión de Garcilaso por una dama portuguesa Los 40 sonetos y las 3 églogas que escribió se mueven dentro del dilema entre la pasión y la razón que caracteriza la poesía petrarquista y en ellos el autor recurre al paisaje natural como correlato de sus sentimientos.


Es el primero de los poetas líricos castellanos, sin duda alguna, y representa por sí mismo uno de los géneros más en boga en nuestra literatura: el género bucólico, en el cultivo del cual llegó a tal altura que por nadie ha sido alcanzado.


FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)


Francisco Gómez de Quevedo y Villegas. Escritor español, que cultivó con abundancia tanto la prosa como la poesía y que es una de las figuras más complejas e importantes del Siglo de Oro español. Estudió en Madrid, Alcalá de Henares y en Valladolid.
Destacaba por su gran cultura y por la acidez de sus críticas; enemigo personal y literario del Luis de Góngora, el otro gran poeta barroco español.
Su obra literaria es inmensa y contradictoria. Hombre muy culto, amargado, agudo, cortesano, escribió las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también una obra lírica de gran altura y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual, que le hace ser el principal representante del barroco español. Su obra está entroncada con su forma de vida: desenvuelta y alegre en las sátiras de su juventud.
Entre sus poesías hay un sinnúmero de sonetos endecasílabos, pero también abunda el romance octosílabo y la redondilla.

LOPE DE VEGA (1562-1635)


Lope Félix de Vega Carpio nació en Madrid. Estudió en Madrid y en Alcalá.
Siguió una vida llena de aventuras amorosas, pues estuvo casado varias veces y tuvo varias amantes. Fue soldado, secretario de varios diplomáticos y, finalmente, sacerdote.
En cuanto a la vida y producción literaria, fue ciertamente un fenómeno de productividad. Escribió en todos los géneros literarios: novelas, dramas y poesía, tanto lírica como dramática. De corte tradicional, arte menor, y al estilo italianizante renacentista.


A pesar de todo ello, se le conoce sobre todo por su copiosa producción dramática. Sus dramas, en comparación a los de sus coetáneos, resaltan por el ingrediente popular: temas y rimas tradicionales, populares y nacionales.
En cuanto a su poesía lírica podrían distinguirse dos formas: la tradicional de arte menor y la italianizante:



  • En cuanto a la primera cabe mencionar que Lope fue uno de los iniciadores del romancero nuevo. En sus romances nos canta, además de otros temas, sus múltiples aventuras amorosas. También escribió, en esta misma vena tradicional y popular, numerosas glosas, romances, canciones, tercetos, idilios y villanescas.

  • La segunda forma poética la componen sus "Rimas humanas", que contienen 200 sonetos, en su mayor parte mitológicos y pastoriles, y "Rimas sacras", que incluyen 100 sonetos, principalmente religiosos y hagiográficos. Tanto en una como en la otra forma, observamos claramente el ingrediente temático de su azarosa vida, bien mundanal como religiosa.

Góngora responde

Anacreonte español(*), no hay quien os tope.

Que no diga con mucha cortesía,

Que ya que vuestros pies son de elegía,

Que vuestras suavidades son de arrope. (**)


¿No imitaréis al terenciano Lope,

Que al de Belerofonte cada día.

Sobre zuecos de cómica poesía(***)

Se calza espuelas, y le da un galope?


Con cuidado especial vuestros antojos

Dicen que quieren traducir al griego,

No habiéndolo mirado vuestros ojos.


Prestádselos un rato a mi ojo ciego,

Porque a luz saque ciertos versos flojos,

Y entenderéis cualquier gregüesco luego.

Luís de Góngora


(*) Ironía con referencias al poeta griego Anacreonte muy imitado en el renacimiento.

(**) Comparación irónica: pies de elegía (versos clásicos) vs. suavidades de arrope (áspero, dulce calabaza de gusto áspero).

(***) Imitador de poesía cómica.


Quevedo ataca

Yo te untaré mis obras con tocino(*)

Porque no me las muerdas, Gongorilla,(**)

Perro(***) de los ingenios de Castilla,

Docto en pullas, cual mozo de camino.(****)


Apenas hombre, sacerdote indino,

Que aprendiste sin christus la cartilla;

Chocarrero de Córdoba y Sevilla,

Y en la Corte, bufón a lo divino.


¿Por qué censuras tú la lengua griega

siendo sólo rabí de la judía,

cosa que tu nariz aun no lo niega?


No escribas versos más, por vida mía;

Aunque aquesto de escribas se te pega,

Por tener de sayón la rebeldía.

Francisco de Quevedo


(*) Referencia a la prohibición de comer cerdo a los judíos.

(**) Diminutivo despreciativo.

(***) Referencia al insulto “Perro judío”.

(***) Trabajo indigno.


Góngora VS. Quevedo

El amor, la pasión, el odio... son temas recurrentes de la literatura.

Pero pocas veces el enfrentamiento puramente formal se ha llevado a lo personal.


Este es el caso de Góngora y Quevedo:

Son conocidas las diferencias de forma y estilo de las principales corrientes literarias del siglo de oro español. Góngora desarrolló el culto clasicista de línea “garcilasiana” llevándolo hacia tal extremo que las sutilezas latinistas tan apreciadas de Garcilaso y Fray Luis de León llegan a convertirse en latinajos de difícil lectura llegando a ser poesía excesivamente enrevesada para un público elitista.

Ambos, Quevedo y Góngora, enfrentados por la forma de entender la literatura -Cultistas vs. Conceptistas, etiquetas que se colocaron por la crítica literaria del siglo XVIII para definir ya esta oposición- llevarán el enfrentamiento a lo personal, en un diálogo poético nunca visto hasta entonces.


A CRISTO EN LA CRUZ

¿Quién es aquel Caballero
herido por tantas partes,
que está de expirar tan cerca,
y no le socorre nadie?


«Jesús Nazareno» dice
aquel rétulo notable.
¡Ay Dios, que tan dulce nombre
no promete muerte infame!

Después del nombre y la patria,
Rey dice más adelante,
pues si es rey, ¿cuándo de espinas
han usado coronarse?

Dos cetros tiene en las manos,
mas nunca he visto que claven
a los reyes en los cetros
los vasallos desleales.

Unos dicen que si es Rey,
de la cruz descienda y baje;
y otros, que salvando a muchos,
a sí no puede salvarse.

De luto se cubre el cielo,
y el sol de sangriento esmalte,
o padece Dios, o el mundo
se disuelve y se deshace.

Al pie de la cruz, María
está en dolor constante,
mirando al Sol que se pone
entre arreboles de sangre.

Con ella su amado primo
haciendo sus ojos mares,
Cristo los pone en los dos,
más tierno porque se parte.

¡Oh lo que sienten los tres!
Juan, como primo y amante,
como madre la de Dios,
y lo que Dios, Dios lo sabe.

Alma, mirad cómo Cristo,
para partirse a su Padre,
viendo que a su Madre deja,
le dice palabras tales:

Mujer, ves ahí a tu hijo
y a Juan: Ves ahí tu Madre.
Juan queda en lugar de Cristo,
¡ay Dios, qué favor tan grande!

Viendo, pues, Jesús que todo
ya comenzaba a acabarse,
Sed tengo, dijo, que tiene
sed de que el hombre se salve.

Corrió un hombre y puso luego
a sus labios celestiales
en una caña una esponja
llena de hiel y vinagre.

¿En la boca de Jesús
pones hiel?,hombre, ¿qué haces?
Mira que por ese cielo
de Dios las palabras salen.

Advierte que en ella puso
con sus pechos virginales
una ave su blanca leche
a cuya dulzura sabe.

Alma, sus labios divinos,
cuando vamos a rogarle,
¿cómo con vinagre y hiel
darán respuesta süave?

Llegad a la Virgen bella,
y decirle con el ángel:
«Ave, quitad su amargura,
pues que de gracia sois Ave».

Sepa al vientre el fruto santo,
y a la dulce palma el dátil;
si tiene el alma a la puerta
no tengan hiel los umbrales.

Y si dais leche a Bernardo,
porque de madre os alabe,
mejor Jesús la merece,
pues Madre de Dios os hace.

Dulcísimo Cristo mío,
aunque esos labios se bañen
en hiel de mis graves culpas,
Dios sois, como Dios habladme.

Habladme, dulce Jesús,
antes que la lengua os falte,
no os desciendan de la cruz
sin hablarme y perdonarme.
Lope de Vega

En este poema es destacable la presencia de un echo religioso, que es una catarterística del Barroco.

Las características del siglo de oro

Las etapas que forman el siglo de oro, el Renacimiento y el Barroco, tienen características muy diferentes, incluso opuestas, pero se engloban bajo la denominación Siglos de Oro porque constituyen una de las etapas de mayor esplendor cultural.

La cultura de los Siglos de Oro está fuertemente determinada por todos estos aspectos:
  • El Renacimiento supuso el triunfo de las ideas humanistas.
  • Admiración por la Antigüedad clásica, por la tradición grecorromana.
  • Concepción del hombre como centro del universo, el denominado antropocentrismo.
  • Exaltación de la naturaleza y de lo natural como algo bello, bueno y verdadero. Lo elegante es lo natural.Búsqueda del equilibrio, de la proporción y de la armonía.
El Barroco fue un periodo de pesimismo y desengaño. Se abandonaron todos los ideales humanistas y se volvió a la religiosidad más profunda. La conciencia de crisis se reflejó en una cultura de contrastes violentos, de movimiento, de complicación. La creencia de que la naturaleza nos engaña, de que hay que desconfiar de los sentidos, explica el gusto por lo rebuscado, por lo anómalo, paradójico o sorprendente.En España el Renacimiento fue muy minoritario frente al Barroco.

lunes, 8 de junio de 2009

¡Bienvenidos a nuestro blog!
En este blog trataremos el Siglo de Oro. Que va de los siglos XV a XVII, incluye los estilos Renacentista (s. XV-XVI) y Barroco (s. XVII).
Los tres poetas más destacados del Siglo de Oro son:

Lope de Vega: sus obras más conocidas son Las rimas amorosas, Las rimas sacras, La Filomena, La Circe, El laurel de Apolo y las Rimas humanas y divinas del Licenciado Tomé de Burguillos.


Luis de Góngora: sus obras más conocidas son el Príncipe de la luz, el Príncipe de las tinieblas, la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades, entre muchas otras obras.

Francisco de Quevedo: algunas de sus obras son Antología poética, Parnaso español, Cancionero Antequerano, Sonetos encontrados en diversos lugares, etc.


Para sacar adelante este blog cada miembro del grupo tiene una función, aunque no llevará acabo cada función un solo miembro sino que todos colaboraremos:

Crítico literario: es el responsable de investigar acerca de la etapa literaria escogida y de redactar un informe en el que se explique cuáles eran los recursos literarios de la época, los estilos, las temáticas, los autores destacados y una breve bibliografía de las obras más significativas. De esto se encargará Oriol Hernández.

Biógrafo: deberá buscar información sobre algunos de los autores más destacados de la etapa literaria escogida y escribir su biografía, una entrevista imaginaria (en la que las respuestas serán inventadas teniendo en cuenta la biografía del autor) y una bibliografía con un breve resumen de sus obras más importantes. De esto se encargará Carla Centeno

Maquetista-administrador: sus funciones serán crear el blog y enlazarlo con el de los demás grupos, etc.; administrarlo, es decir procurar que no haya comentarios con spam; estructurar los textos que le hagan llegar sus compañeros; diseñar y colgar en el blog la presentación digital con los contenidos que ha trabajado el crítico literario, y añadir al blog cualquier enlace, documento, etc., que crea que puede aportar información significativa a los lectores. De esto se encargará Guillem Pérez.